La respuesta a esta pregunta es sencilla, sí. Pero en verdad, no debemos quedarnos con esta simple contestación.
Una vivienda que no está registrada no goza de la fe pública registral que otorga el Registro de la Propiedad. Esto quiere decir que, al no estar registrada, ni su descripción ni su titularidad, es pública por lo que si adquirimos una propiedad sin estar registrada corremos el riesgo de que quien nos venda no sea el titular real de la vivienda.